viernes, 23 de noviembre de 2012

Autocomprensión, autoconcepto y autoestima

Sobre los cuatro años, los niños se definen a sí mismos por comportamientos y características observables. Es decir, mencionan comportamientos concretos (como "puedo correr muy deprisa"), condiciones físicas específicas (como el color del pelo), preferencias. Hablan de destrezas particulares (como trepar o correr) en vez de generalizar sus habilidades (como tener habilidad para el deporte).

A los cuatro años, las descripciones de un niño sobre sí mismo son frases aisladas unas de otras. Su pensamiento salta de un aspecto particular a otro aspecto particular, sin seguir un orden lógico. Piensa en términos de todo o nada. No entiende que puede ser bueno en algunas cosas y malo en otras, ni entiende que puede sentir dos emociones a la vez.

Alrededor de los cinco o seis años, los niños pueden relacionar un aspecto de sí mismos con otro. Por ejemplo, describe juntas sus habilidades para el deporte ("Puedo trepar muy alto y correr deprisa, siempre gano a los demás cuando corro, algún día perteneceré a un equipo"). No obstante, a esta edad todavía se fija en las cosas en las que es bueno y su pensamiento es aún de todo o nada (si es bueno no puede ser malo).

Es más adelante, en la niñez intermedia, cuando pueden decir que son buenos en algunas cosas y malos en otras, pues su tendencia a pensar en términos de todo o nada se reduce.
Autoconcepto

El autoconcepto es lo que una persona piensa de sí misma, la imagen general que tiene de sus características y habilidades.

Este sentido de sí mismo comienza en la infancia. A los 18 meses los niños se reconocen por primera vez cuando se ven en el espejo. Después aparece la autodefinición, cuando los niños identifican las características que consideran importantes para describirse.

A los cuatro años, los niños piensan en términos externos a cerca de sí mismos, y es a partir de los seis o siete años cuando empiezan a definirse en términos psicológicos.

En la niñez temprana, los niños desarrollan un yo ideal; es decir, un concepto de lo que les gustaría ser, y tienen problemas para reconocer que su yo real es diferente de su yo ideal. Por este motivo, los niños de esta edad se definen como un modelo de habilidades y virtudes.

Entre los cuatro y los cinco años, los niños juzgan su competencia según comportamientos observables y concretos, aunque suelen tener un sentido muy amplio de dichas habilidades porque aún no son capaces de compararse con precisión con otras personas y porque los adultos tienden a felicitarlos por cada pequeño logro.

Por tanto, los niños tienen una valoración de sí mismos irreal y elevada. Y esto es positivo para su adecuado desarrollo, porque al tener una autoestima alta, se verán motivados para hacer más cosas, lo cual les permitirá avanzar y progresar y seguir manteniendo una alta autoestima.
Autoestima

El niño o niña que tiene una autoestima alta confía en sí mismo para enfrentar los retos e iniciar nuevas actividades, confía en sus propias ideas, establece sus propias metas, es curioso, hace preguntas, investiga y desea experimentar cosas nuevas. Se describe a sí mismo de manera positiva y se muestra orgulloso de su trabajo y sus logros. Se siente cómodo con los cambios, se adapta bien al estrés, puede manejar la crítica y la burla y persevera ante la frustración.

El niño o niña con una baja autoestima no confía en sus ideas, no se cree capaz de iniciar actividades o enfrentar retos, no muestra curiosidad o interés por explorar, sino que prefiere rezagarse y mirar, se retira y se sienta aparte de los otros niños. Se describe a sí mismo en términos negativos y no se siente orgulloso de su trabajo. Cuando se siente frustrado abandona con facilidad y ante situaciones de estrés muestra un comportamiento inmaduro.

Por tanto, la diferencia entre un niño con alta autoestima y otro con autoestima baja parece estar en los deseos de explorar, niveles de confianza, curiosidad y capacidad para adaptarse al cambio. Estos comportamientos son similares a los que diferencian a los niños más pequeños con vínculos afectivos de seguridad e inseguridad.

Fuentes de autoestima

La autoestima de los niños en esta etapa no está relaciona con el valor que se adjudican a sí mismos, sino con el modo en que se comportan con ellos los demás. Los niños se sienten bien consigo mismos cuando son aceptados por los demás (padres, profesores y compañeros).

Más tarde, en la niñez intermedia, la autoestima de los niños se relaciona más con el concepto que tienen de sí mismos acerca de su competencia e idoneidad.
Iniciativa frente a culpa

Erik Ericson describió varias etapas o crisis en el desarrollo de la personalidad de los niños. Según Erikson, en la niñez temprana aparece la crisis que denominó iniciativa frente a culpa.

Los niños desean hacer más y más cosas, pero en esta etapa aprenden que algunas de las cosas que quieren hacer reciben la aprobación de los demás, mientras que otras reciben el rechazo de los demás. Por tanto, aparece un conflicto entre su deseo por hacer cosas y su deseo de recibir la aprobación de otras personas.

Los niños que aprenden a regular estas directrices opuestas, desarrollan el coraje para perseguir metas sin sentirse inhibidos por la culpa o el miedo al castigo. Si esta crisis no se resuelve de forma adecuada, el niño puede convertirse en un adulto con enfermedades psicosomáticas, inhibición o impotencia (que a veces se sobrecompensa haciendo alarde de sus logros), o se puede convertir en una persona demasiado rígida e intolerante, más preocupada por frenar sus impulsos que por disfrutar de manera espontánea.

Los padres o personas encargadas de cuidar de los niños pueden ayudarlos a lograr un adecuado equilibrio entre estas fuerzas opuestas, de manera que desarrollen su sentido de iniciativa y deseo de hacer cosas, sin sentirse demasiado reprimidos o culpables, al mismo tiempo que les ayudan a controlar sus deseos de hacer cosas socialmente inadecuadas reprimiendo tan solo los comportamientos negativos, pero no a los niños como personas.(por ejemplo, decir: "está mal hacer esto porque...", en vez de "eres malo o tonto por hacer esto"). Es decir, los padres y cuidadores han de actuar de manera que acrecienten la autoestima de los niños en vez de hacer lo contrario.



4 comentarios:

  1. cuando en esta parte dice que el auto concepto se forma en esta etapa por que es la imagen que uno tiene sobre uno mismo decimos que pasara en la cabeza de los niño cuando se habla de este tema creo que ello piensan en la viva muy diferente a nosotros los adultos y tienen una imagen sana y tierna de los demás y creen que nadie le ara daño.

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  2. Chicos hoy cierran las participaciones en el blog, muy buen trabajo

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  3. me regalarias las fuentes de donde sacaste la informacion y la fecha de publicacion

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